•Los Trovadores del Rey• trata sobre un hipotético viaje de un grupo de trovadores occitanos desde Carcasona, en el Midi Francés, hasta la ciudad de Santiago de Compostela, en Galicia. Algo difícil pero no imposible, puesto que, de hecho, se produjo una diáspora (muy similar a la de los judíos sefardíes) hacia el sur de Francia y a través de los Pirineos de músicos que hubieron de huir a causa de la Cruzada contra los Albiguenses, llegando a Cataluña e, incluso, a Castilla. En este álbum se fantasea con el hecho de que es bien probable que algunos de ellos pudieran continuar su ruta hasta Galicia a través del Camino de Santiago (hay que tener en cuenta que el Camino también atraviesa el Languedoc). Al situarlo en el año 1215, este pequeño grupo coincide con uno de los reyes más preocupados por la Cultura de su época: Alfonso IX de León. Este rey, enamorado de Galicia, supuso un cambio para la lírica de la época, lo que conllevó un aumento del poemario creado por los trovadores y su fin’ amor. Durante su reinado se consagró la Catedral de Santiago y se pusieron las bases para la futura Universidad de Salamanca. Es más, falleció en la localidad de Sarria haciendo el Camino, y su cuerpo está enterrado en la catedral compostelana. Se dice de él que también era un trovador, pero no han llegado hasta nuestros días documentos que puedan demostrar este extremo. En cambio, sí nos han llegado otros que prueban los servicios que para él tuvieron conocidos trovadores de la época.
La Cruzada contra los Albiguenses, llamada así porque fue iniciada en la ciudad de Albi, abarca desde 1209 hasta 1244, cuando se produce el desastre de Montségur. Proclamada por el Papa Inocencio III contra los Bonnes Homes y aquellos que propugnaban el catarismo, una rama del cristianismo con un punto de vista que no cuadraba con el dogmatismo de la Iglesia propiamente dicha, supuso la muerte de miles de creyentes en ambos bandos. Aunque la cantidad no se sabe con exactitud, se sopesa que está en torno a las 50.000 almas, la mayoría de ellas perecidas en la hoguera y pertenecientes, por tanto, al bando perdedor... Aparte de Lothario dei Conte di Segni (1161-1216, pontificado como Papa Inocencio III entre 1198 y 1216), fueron fundamentales en esta Cruzada las figuras del conde Simón IV de Montfort (ca.1165-1218), famoso por su crueldad; el conde Raimundo VI de Tolosa (Raimundo Roger Trencavel, 1185-1209); el rey aragonés Pedro II el Católico (1178-1213); y el abad de la Orden del Císter, inquisidor, legado papal y arzobispo Arnaldo Amalric (1160-1225), famoso por su supuesta frase “¡Matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos!”. Figuras todas ellas que invito a conocer y profundizar, pues, afortunadamente, hay muchos escritos que permiten investigar esta triste parte de la historia del cristianismo.